¿Por qué utilizar materiales del entorno para producir material
didáctico?
El medio ambiente, la naturaleza y el entorno inmediato proveen de
abundantes posibilidades que pueden ser aprovechados en favor de los niños en
el proceso de enseñanza aprendizaje.
Los materiales didácticos elaborados con recursos del medio
proporcionan experiencias que los niños pueden aprovechar para identificar
propiedades, clasificar, establecer semejanzas y diferencias, resolver
problemas, entre otras y, al mismo tiempo, sirve para que los docentes se
interrelacionen de mejor manera con sus estudiantes, siendo entonces la
oportunidad para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea más profundo.
El uso de material concreto desde los primeros años ofrece a los
estudiantes la posibilidad de manipular, indagar, descubrir, observar, al mismo
tiempo que se ejercita la práctica de normas de convivencia y el desarrollo de
valores como por ejemplo: la cooperación, solidaridad, respeto, tolerancia, la
protección del medio ambiente, entre otros.
Es importante que el docente considere que dentro de las etapas para
el proceso de enseñanza-aprendizaje de todas las áreas, la etapa concreta es
fundamental para lograr buenos niveles de abstracción en los niveles
superiores.
Elaborar material concreto con recursos del medio permite mejores
niveles de eficiencia en el aula, además el uso de estos recursos se encuentran
al alcance de todos los estudiantes. Los diferentes contextos sociales,
culturales y geográficos del entorno permiten una variedad de recursos para la
confección de diversos materiales.
Los materiales concretos deben ser funcionales, visualmente
atractivos, de fácil uso, seguros (no peligrosos), útiles para el trabajo
grupal e individual, acordes a los intereses y la edad de los estudiantes.
¿Qué aprendizajes/destrezas se promueven a través del uso de estos materiales?
Se conoce que los pequeños tienen una gran recepción con el
material didáctico en los primeros años. Por esto, su uso es cada vez más
intensificado por ser esta una etapa fundamental, determinante para el resto de
los años que vienen.
El material concreto apropiado apoya el aprendizaje, ayudando a
pensar, incitando la imaginación y creación, ejercitando la manipulación y
construcción, y propiciando la elaboración de relaciones operatorias y el
enriquecimiento del vocabulario.
Siempre que sea posible, el material concreto debe ser elaborado
por los estudiantes, en cooperación con sus profesores. No existe comparación
entre el valor didáctico del material comprado y el material hecho por los
propios estudiantes.
Recordemos que los materiales inciden en el proceso de aprendizaje
cuando son utilizados con frecuencia. Por esta razón los niños deben verlos,
manejarlos y utilizarlos constantemente, ya que la exploración continua y el
contacto con el entorno le hace vivir experiencias de gran valor en su medio. Esto provoca no sólo nueva información a
integrar, sino también valores, actitudes y diferentes posibilidades de hacer.
El uso de material concreto, además, desarrolla la memoria, el
razonamiento, la percepción, observación, atención y concentración; refuerza y
sirve para aplicar los conocimientos que se construyen en las actividades
curriculares programadas para trabajar conceptos, procedimientos, valores y
actitudes; desarrolla en los niños comprensiones sobre las reglas, análisis y
precisiones que demanda cada actividad; coordinación óculo-manual; capacidad de
resolver problemas; discriminación visual; la sociabilidad, habilidad de jugar
juntos, regulan su comportamiento, la honestidad, elevan su nivel de exigencia.
Pueden establecer relaciones de correspondencia, clasificación,
ordenamiento, identificación de idénticos, pertenencia, asociación; reconocer
características de tamaños, formas, colores, sensaciones, olores, sabores,
sonidos, entre otras.